ASÍ FUNCIONA EL RADAR HF
Al igual que los radares convencionales que controlan la velocidad en carretera o el del tráfico aéreo, el Radar HF emite una señal de radio en Alta Frecuencia que llega a la superficie rugosa del mar en movimiento, que refleja una onda que es captada de nuevo por la antena. Esta señal reflejada permite calcular la velocidad a la que se mueve la superficie del mar.
Para obtener datos totales de la velocidad superficial, son necesarias dos antenas, una antena emisora y otra receptora que capta la señal reflejada. Un sistema informatizado determina el oleaje y las corrientes a partir del análisis de esta señal. Los datos radiales obtenidos por ambas estaciones, Ibiza y Formentera, se combinan para crear vectores totales de corrientes superficiales con una resolución espacial de 3 kilómetros y un alcance de hasta 70 kilómetros. Estos datos se utilizan para realizar modelos numéricos que generan las predicciones oceanográficas.
Estas emisiones son de baja potencia y no representan ningún peligro para el medio marino ni terrestre, permitiendo, de manera segura, conocer en tiempo real la trayectoria de las corrientes superficiales y la formación de los remolinos.
TECNOLOGÍA PARA LA TELEDETECCIÓN DE LAS CORRIENTES
La tecnología del Radar HF proporciona observaciones en tiempo real de las corrientes superficiales mediante estaciones instaladas en la costa.
El conocimiento de las corrientes marinas es de gran relevancia para realizar las actividades relacionadas con el transporte marítimo, la navegación recreativa o la construcción de diques y puertos. Gracias al desarrollo de diferentes instrumentos de observación, se realizan registros de las corrientes mediante dispositivos en el mar como las boyas o los correntímetros, que se complementan con los datos obtenidos mediante el Radar HF.